La Perseverancia

LA PERSEVERANCIA. 

Siempre merecerá ser premiada.
Es sufrir por caminar un camino que se hace espinas y dolor, hasta que solo queda dolor.
Es aferrarse a un sueño, a una victoria.
Es luchar sin cesar, es morir en la batalla luchando por un objetivo que amas.
No hay marcha atrás.

Llega un punto donde deseas abandonar porque ya no tienes fuerzas ni voluntad, y piensas en elegir otros caminos que te llevaran en contra de lo que por tanto tiempo has luchado, y la decisión en ese momento se hace vital, porque nadie te culpara, es que se te acaban las fuerzas, pero seguir aun cuando ya no puedes, cuando no queda valor en tu alma, es un acto de Dios.

Eso merece un premio que Dios distingue.

Tener en frente una montaña alta, el horizonte lejano, el camino oscuro, viento poderoso en contra, todo en tu contra, incluso tu mente, y aun así seguir, aunque sea como sonámbulo, aun sea llorando, adolorido, pero caminando.
 Como no premiar la perseverancia si es el acto más noble de los humanos, es lo más grande, lo más valiente.

Es un acto de Dios, igual que él, siempre esperando y perseverando en que un día nos giremos a él. Siempre merecerá ser premiada la actitud de los humanos que representa a Dios en su anhelo más antiguo, el deseo de volver a vernos cerca de él.

Perseverar es seguir aun cuando no ves, es como la fe;
Perseverar también es sinónimo del nombre de Dios.

 Sé que no es fácil escuchar esto cuando estas hasta el cuello de dolor, quizás hasta viviendo bajo maldición, sin poder dar fruto, sufriendo mil veces por todo, pero…
No te rindas. Dios jamás olvidara tu dolor. Dios te hará justicia.