LA CURA MÁS DOLOROSA
Jose Ruben Amador
Nuestro cuerpo tiene una habilidad mágica (tomando en cuenta que “mágico” es el término más jerárquico que utilizo), ésta habilidad es la de curares a sí mismo.
Si te caes y te hieres, tu cuerpo empieza a curares por sí solo y antes de que te des cuenta la herida ha desaparecido.
A pesar de que es impresionante esto, ya que no necesitamos de ningún medicamento ni nada por el estilo (aunque estos ayudan a que la curación sea más rápida) para curarnos de forma lenta o rápida.
He aquí lo más impresionante:
No sólo nuestro cuerpo posee esta habilidad, sino también nuestro corazón, o más bien, nuestra propia Alma.
Es muy importante tener esto muy en cuenta cuando llevamos alguna relación, ya que cuando dañamos o herimos el alma de nuestra pareja, ésta empieza a curares por sí sola.
Me explico.
Hay un verso bíblico muy importante al que solemos restarle importancia, de hecho, a veces ni lo entendemos, no sabemos para quien es dedicado, es el siguiente:
“No se ponga el sol sobre nuestro enojo”
Este es exclusivamente para los esposos y parejas.
Dios sabe que nos curamos por dentro como por fuera, al estar consciente de esta verdad, nos deja saber que no debemos permitir que una herida cure sola, sino que al momento de fallar debemos curarla nosotros mismo,… Resolverlo, es el término adecuado.
El cuerpo puede curares una y otra vez, pero nuestra alma solo puede ser dañada una sola vez, justo en el momento que dañas a alguien, su alma empieza a curares de ti, de tus actos, y en el momento que repitas tu daño será menos el interés y el dolor de dicha alma.
De manera entonces que después de la primera vez llegara el momento en el que simplemente deje de importar y justo ahí, dejara de ser lo que fue al principio.
Desde qué te curas de alguien ya no hay nada más que buscar, no hay razón para seguir.
Entonces...
No dejes que el sol se ponga sobre SU ENOJO (De él o de ella), no permitas que duerma pensando en su dolor, porque mañana el amor se convertirá en otra cosa que, en algún momento, te pesara al ver que está acostumbrada (o) a tu dolor, y entonces llegara el momento de lo inevitable...
Todo, en lo absoluto, acabara.
Así que,… solo por ésta ocasión (Sin importar el insomnio) no duermas, y desvélate, esfuérzate, hazla (O) reír, y resuelve todo; porque créeme, mañana no habrá tiempo, y no seas estúpidamente optimista de pensar que si.
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